Un lugar de ensueño. Así de simple sería mi descripción sobre lo que significó visitar Edimburgo para mí. La capital de Escocia, uno de los cuatro países del Reino Unido, nos recibió con un frío muy agresivo (llegamos el 7 de febrero de este año) pero eso quedó en segundo plano ni bien empezamos a caminar por la ciudad. En este post les contaré sobre ello, pero primero un poco de contexto gracias a la IA:
«Edimburgo, la capital de Escocia, es una ciudad impregnada de historia, cultura y encanto. Desde sus imponentes monumentos históricos hasta sus estrechas callejuelas empedradas, cada rincón de esta ciudad respira un aire de grandeza y misterio. Fundada en el siglo VII, Edimburgo ha sido testigo de siglos de eventos significativos, desde batallas épicas hasta la Ilustración escocesa, lo que la convierte en un destino fascinante tanto para los amantes de la historia como para los buscadores de experiencias contemporáneas.»
Ahora sí, tras la breve intro les cuento lo que fue la experiencia que vivimos Jackie y yo al visitar Edimburgo. Spoiler alert: fue un 10/10 esta ciudad.
¿CÓMO LLEGAMOS A EDIMBURGO?
Luego de pasar unos días en Madrid (gracias totales, Esmeralda, Luis y Joshy) y Toulouse (gracias una vez más Yas y Juan David), la ruta de Oso y Jackie continuaba en el Reino Unido. Al fin, tras muchos años – y gracias a la eliminación del requisito de visa para los peruanos- me embarcaba a uno de los lugares que más quería conocer.
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Primera parada. Aeropuerto de Londres Stansted, pero esta historia le pertenece a otra entrada. Para visitar Edimburgo nosotros tomamos un tren desde la estación de Kings Cross, famosa por tener un área dedicada a Harry Potter. El tren, directo, hizo una ruta de casi 4 horas y media, parando en York, Darlington, Newcastle y Berwick-Upon-Tweed.
DATO: también puedes hacer la ruta Londres – Edimburgo con FlixBus: recorrido de 9 horas aprox, cuesta unos $18, y suele haber alternativas a las 22:00, 22:30 y 23:59, excelente alternativa para pasar la noche viajando y ahorrar presupuesto hotelero en Reino Unido. Vuelos también hay, claro.
Llegamos a la capital de Escocia a las 15:24 y nos fuimos directo al hub by Premier Inn Edinburgh Royal Mile Hotel, el lugar que sería nuestra base por dos noches. Reservando con anticipación y en la página oficial, pagamos 88.50 libras esterlinas (unos $110 hoy) por dos noches en una habitación con baño privado, cama gigante, y mucha tecnología. Es más, quizás fue la mejor de todo el viaje.
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¿QUÉ HACER AL VISITAR EDIMBURGO?
Luego de un merecido pero corto descanso – y una reponedora ducha-, nos alistamos para enfrentar al frío y salimos a caminar por las calles de Edimburgo. Asu, ¡qué hermoso fue todo! Lo primero que te puedo aconsejar al visitar Edimburgo es el perderte en sus calles y caminar, caminar, caminar y caminar. Todo, al menos para nosotros, era mágico.
Y al decir mágico no nos referimos únicamente a temas relacionados a Harry Potter, pues Edimburgo es la ciudad que vio nacer la historia del joven mago británico, sino a lo que se siente dando vueltas en una ciudad coronada por un imponente castillo, con una atmósfera que mezcla pasado y presente, con música en vivo por aquí y por allá, y unas vistas que te sorprenden en cada esquina.
Después de caminar unas horas por la ciudad, me compré una chelita en «The Whisky Trail», en plena Royal Mile (la calle principal de Edimburgo) y Jackie una sopa instantánea en «Maycheelin» antes de dirigirnos a un lugar que, para mí, se convirtió en uno de los más especiales de este Eurotrip: «Sandy Bell’s«. Háganse un favor y vayan a este «World Renowned Folk Bar» al visitar Edimburgo.
¿Cómo llegamos ahí? Gracias a Lina, una amiga de Jackie que nos citó ahí y a quién le estoy muy agradecido por elegir este lugar que es, realmente, una institución en Edimburgo. Un whisky escocés, algunas Guinness más, y un hermoso ambiente súper tradicional y con música en vivo cerraron nuestro primer día escocés.
DATO: Sandy Bell’s, si logras visitar Edimburgo, considero debe ser un MUST en tu viaje. En caso logres ir que sea de noche, pues disfrutar de sus sesiones de música en vivo (las hacen desde 1942) es alucinante. Abre todos los días maso desde el mediodía, y un par de cervezas y un whisky de la casa sale algo de 20 libras. Aquí te dejo la ubicación.
UN VIDEO DE YOUTUBE PARA QUE SE DEN UNA IDEA
NUESTRO FULL DAY EN EDIMBURGO
El segundo día era EL día para nosotros. En realidad, era el único día que teníamos para explorar la ciudad al máximo, y creo que cumplimos con creces. Lo «bueno» de Edimburgo es que es pequeño, por lo que se puede llegar caminando a todos lados, y las distancias son relativamente cortas. Lo «malo», no es terreno plano por lo que, en algunos casos, se hará más pesado – y lento- el camino.
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Con un poco de organización empezamos el día temprano, caminando hacia «The Piemaker«, un tradicional lugar de meat pies y otras cositas locales. Si bien Jackie se mandó una pelea total con la comida británica, para mi este lugar si fue rico. Y muy tradicional. Esta fue nuestra primera parada del día 2.
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Luego, empezó nuestra propia «ruta de Harry Potter»: una de las tiendas «Museum Context», las manos de JK Rowling, el cementerio Greyfriars (la tumba de Tom Riddle, entre otras), el lugar en el que se inspiró Rowling para el «Callejón Diagon», «The Elephant House» (cafetería conocida como el lugar en el que empezó a escribirse la obra), entre otros.
¿Qué nos faltó? Si eres fanático de Harry Potter deberías darte un tiempo al visitar Edimburgo para sumarle a la lista anterior los siguientes lugares: el George Heriot’s School, el colegio en el que se habría basado Rowling ya que también cuenta con cuatro casas, la cafetería Black Medicine Coffe Co., otro de los lugares en dónde la escritora iba avanzando la obra, y el hotel «The Balmoral», en dónde se culminó de escribir la saga.
Dejando de lado todo lo relacionado al mago, este segundo día visitamos el Castillo de Edimburgo, pero, por cuestiones de tiempo, únicamente por fuera. En la zona también encontrarán «The Witches Well», que no es tan llamativo, pero tiene una historia muy interesante. Cerquita está Victoria Street, otro punto turístico, y cerramos el día en un pub muy interesante llamado «The Tron», con precios muy buenos y excelente ubicación. Turístico, pero cumple.
EL RECORRIDO DEL DÍA 2:
Un párrafo aparte merece el Museo Nacional de Escocia, el cual me pareció A-L-U-C-I-N-A-N-T-E. El ingreso es gratuito (como la gran mayoría de museos en el Reino Unido), y recomiendo dedicarle al menos unas cuatro horas. Este museo tiene de todo para todos, y lo sentí muy diferente y alternativo a los tradicionales debido a la forma en la que está organizado, y a la cantidad de actividades que se pueden realizar. Aquí no es solo ver.
Finalmente cerramos el día volviendo al hotel pues había que salir a las 4:30 am con destino al aeropuerto de Edimburgo, para tomar el vuelo rumbo a lo que fue la siguiente ciudad: Bruselas.
Para cerrar, solo quiero contarles que visitar Edimburgo ha sido una decisión súper acertada, pero el tiempo nos quedó un poco corto. Mi consejo sería darle dos días completos, y llevar un presupuesto de unas 40 libras por persona (ojo, de la manera en la que yo viajo) para gastar durante el día.
Si llegaron hasta aquí muchas gracias por leer, y si saltaron los párrafos anteriores y están leyendo esto… ¡igual muchas gracias! En caso necesites asesoría para armar tu próximo viaje (para visitar Edimburgo o alguna otra parte de Europa o el Sudeste Asiático) puedes escribirme aquí. Y, claro está, todo comentario o sugerencia es bienvenido. ¡Nos leemos pronto!
NO DEJEN DE DARLE UN VISTAZO A LO QUE CIVITATIS OFRECE EN EDIMBURGO: